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un estudio revela la manera en que la pandemia afectó el consumo cultural escénico

Escenarios y virtualidad

18/01/2022 - Con el apoyo de Impulso Cultural a través de Proteatro, la "Asociación Enfoque Consumos Culturales" y la plataforma "Alternativa" realizaron un estudio sobre las transformaciones en la producción y el consumo de las artes escénicas durante el aislamiento impuesto por la pandemia. La investigación analiza la manera en la que las audiencias respondieron a la oferta escénica digital durante 2020 comparándola, en primer lugar, con la participación presencial antes de la pandemia. La población encuestada fue de 3039 personas sobre las que se realizó un trabajo de campo desarrollado virtualmente entre el 29 de diciembre de 2020 y el 15 de enero de 2021.

 

EMBLEMA DEL BARRIO
PARQUE AVELLANEDA

Nombre dado por Ordenanza N° 26.607, Boletín Municipal 14.288 del 04/05/1972.

Límites: Av. Juan B. Alberdi, Escalada, Av. Castañares, Lacarra, Av Tte. Gral. Luis J. Dellepiane, Portela, Av. Directorio y Mariano Acosta.

Población total: 54.191

Hombres: 25.484

Mujeres: 28.707

Superficie: 5,1 Km2

Densidad poblacional: 10.614 Hab/km2

(Censo del 1º de julio de 2001 )

 
   

La investigación evaluó las sensaciones de los públicos ante la imposibilidad de asistir a las salas de manera presencial. El trabajo detalla los nuevos hábitos generados para el consumo de artes escénicas en la digitalidad en relación a la frecuencia, el acceso a dispositivos y a la cartelera y las diferentes apreciaciones en las provincias y regiones del país.

El estudio fue realizado por Javier Acuña, Mónica Berman, Fernanda Blanco, Claudia Mac Auliffe, Sol Salinas, Juan Manuel Alonso, Mariana, Aramburu, Carolina Cukierman, Leandro González y María Eugenia Lodi.

  Algunas consideraciones sobre la investigación

La hibridación no es un concepto nuevo y ha implicado diversas discusiones en las ciencias sociales en las últimas décadas. Mucho antes de que las obras aparecieran en las pantallas, las pantallas ya estaban en las obras, en ocasiones con un rol protagónico. Sin embargo, el término ocupó en 2020 una parte importante de las reflexiones y conversaciones sobre gestión cultural impulsadas por la pandemia y el consecuente confinamiento, específicamente para referirse a la dinámica presencial-virtual.

A medida que transcurría el año y lo digital ganaba centralidad en las diversas esferas de la vida cotidiana, desde los trámites, la educación, hasta el ocio y los consumos culturales, nos preguntábamos si habría una vuelta atrás en la postpandemia o si lo híbrido estaba finalmente consolidándose.

El interrogante alcanzó también al campo de las artes escénicas, donde se generaron nuevas formas de creatividad y producción, así como también de circulación y consumo. Bajo esas condiciones, el objetivo de esta investigación fue indagar y analizar los nuevos comportamientos y necesidades de los públicos y compartir los principales datos como un aporte para la reflexión sobre los posibles escenarios a mediano y largo plazo para la creación, la gestión y la construcción de audiencias.

Repasando algunos de los resultados, es significativo que el 79% de las personas consultadas haya visto al menos una obra de artes escénicas digitales durante la cuarentena y un 30% lo haya hecho en forma intensiva, es decir, una vez por semana o con mayor frecuencia. Asimismo, entre quienes vieron obras bajo esta modalidad, la mitad ya lo había hecho en la etapa prepandémica, y la otra mitad se corresponde con nuevos consumidores digitales debido al confinamiento y el cierre de las salas.

   
   

   
   

Las razones por las cuales los/as encuestados/as se acercaron a las artes escénicas mediatizadas son significativas: por un lado, el mayor porcentaje buscó cubrir una carencia, acceder a lo que no había logrado ver de manera presencial. Otro porcentaje muy cercano vio lo producido en cuarentena, es decir, que en este conjunto se incluyen las zonas más experimentales, las pruebas, las búsquedas, además de aquello que decíamos que intentaba reproducir experiencias previas, como volver a ver —pero ahora en las pantallas— lo ya visto en los escenario

Lo digital, tanto en los resultados de la encuesta como en los comentarios en las redes sociales y el sitio de Alternativa, se presenta principalmente como una experiencia novedosa a la vez que como una nueva oportunidad. Aunque para varios aparece como un “a pesar de” , es también lo que los mantuvo conectados con lo que ellos mismos definen como “la magia del teatro” , que no se agota en el momento de ver las obras, sino en toda la ritualidad que conlleva. En efecto, la pérdida de esa ritualidad que para muchos/as implica la participación presencial es la desventaja principal que señalan respecto de la visualización de obras de artes escénicas digitales, sobre todo entre los públicos más intensivos o vinculados profesional o vocacionalmente con el campo. Entre estos/as espectadores/as emergen también con persistencia, como señalamos, los debates que oponen el arte a la tecnología.

Las transformaciones y las tensiones en torno a la mediatización de las artes escénicas deben ser puestas en contexto: las salas, en su mayoría, constituyen uno de los pocos espacios en donde todavía se acostumbra a apagar los teléfonos celulares al ingresar. En ese sentido, la superposición de pantallas aparece como un fenómeno a tener en cuenta. Algo que no es nuevo en absoluto respecto de otros consumos culturales representa un hábito significativo para el consumo de las artes escénicas digitales: chequear WhatsApp o intervenir en las redes mientras se mira una obra. Es cierto que la franja etaria de los más jóvenes es más propensa a esa actividad simultánea, pero también comprobamos que esta práctica se da en una proporción de las personas mayores. Cuando la pandemia sea definitivamente superada, ¿en qué medida las pautas que rigen la experiencia de consumo se habrán visto alteradas por el hábito adquirido durante la cuarentena?

Al momento de evaluar la experiencia digital, 6 de cada 10 personas consultadas en la encuesta la calificaron positivamente: el 22% la consideró muy buena y el 40% buena. Además, un 32% dijo que seguramente seguirá viendo obras digitales cuando reabran las salas, y un 34% que probablemente lo hará. Las nuevas posibilidades de acceso que trajo la mediatización de las artes escénicas sugieren que una parte del fenómeno llegó para instalarse definitivamente. En efecto, poder ver las obras sin vivir en la ciudad en la que se presentan es la principal ventaja que se menciona, con el 67%. En las intervenciones en las redes sociales y el sitio de Alternativa también se subraya esta oportunidad, e incluso muchos piden que se tenga en cuenta la continuidad de este tipo de propuestas para quienes viven fuera de los centros urbanos donde se concentra la oferta de artes escénicas. La pregunta, en todo caso, debe considerar las dos caras del asunto: ¿qué se gana y qué se pierde con el consumo a distancia?

Carlos Davis

Fuente: Prensa Ministerio de Cultura de la CABA

   
 

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